Wednesday, April 25, 2007

parte de la contienda

Son canciones sin ritmo y asmas perdidas tras voces sin alma,
tras espesas conjunciones de olores y perfume escondido entre
Gotas
Onzas
Litros
Toneladas de licor crujiente Imposible.
Son esperanzas guardadas en bolsillos con hueco,
En oxígeno andrógino que pierde peso a la que vez que la sombra
(sombra de mierda estruja-personalidades)
se presenta cual muerte cabalgando equino amarillo.
Suele suceder
Amigo borracho
Suelen encontrarse las fieras tras el vaso de vidrio
Tras ojos negros gigantes que odian un nuevo landscape
Un nuevo gris acechante.
¿Por qué me duele el vodka con uva?
¿Por qué duele la canción desconocida?
Serán colores parcos
Serán narices inodoras que de su cuerpo exhalan silencios.
Odio
Ira
Fuerza
Pundonor al Pensarte:
Al Extraviarte en cerveza norteña que sabe a tu cuello
A tu sueño.

Wednesday, April 18, 2007

100 s/. sex

Empezaré por la puta. Falto de ganas del protocolo y no teniendo más armas en la mano que un billete en la billetera, llamé a otra puta, una vez más. Colombiana es, Paola… “Bueno mi amigo, empecemos” me dice. Llega, es alta, con tacos me llega a la nariz. Tiene el cabello negro y rizado… la mejor de las otras dos que ya probé, sus tetas no son tan grandes más su potote sí… No me gusta esperarlas en calzoncillo y amenazar con reventarlas apenas llegan… Me gusta conversar con ellas. Tener la posibilidad de que una puta te cuente sobre ella es difícil, por lo general no hablan mucho y se dedican a lo suyo. Paola digamos que es distinta, le echó un ojo a mis libros (ni las que no son putas habían hecho eso nunca) y me pidió que le hable sobre Gargantúa y Pantagruel (suele ser el libro que más llama la atención porque en la portada aparece un rey gordo y barbón en medio de un banquete, además que el nombre es divertido). Luego se echó a mi lado y fumamos cigarros juntos… me dijo que le caía bien y le apenaba no poder salir a pasear conmigo porque desde ya soy su cliente y no les permiten tener ningún tipo de contacto que no sea el tiempo que te otorgan las cien lucas. Yo le dije que podíamos ir a tomar una cerveza algún día, pero dijo que eso es imposible y que le jode porque aquí se aburre más que pececito en bolsita de chup. Luego hablamos de ella, de mí, de la coca colombiana, de la coca peruana, de los tronchos y la depresión. La idea es que la puta se queda una hora y se va,,, pero ya había pasado una hora y no habíamos hecho ni mierda. Finalmente me dijo lo que les dije al principio “Bueno mi amigo, empecemos”,,, y bueno pues, se quedó una hora más,,, intentábamos no hacer caso de su celular que sonó unas siete veces (“la bruja” según ella, que llamaba para preguntarle por qué mierda se demoraba tanto). Finalmente me dijo que no se quería ir, yo tampoco quería que se vaya, siendo sinceros. Tranquilamente hubiera podido dormir con ella y despertar e irme a trabajar, pero se tuvo que ir… ahora me jode que para volver a verla tenga que pagar cien lucas… espero no hacerlo de nuevo y encontrármela en la calle caminando… ahí no hay excusas.

Tuesday, April 17, 2007

Respira en el Aire: Waters en Lima

Me pidieron un artículo para una revista de música. La revista de música quebró. Mi artículo nunca salió. Mi artículo fue antes del concierto. El concierto corroboró mi artículo.

Ay mamá, Roger Waters en Lima. Ya suena a cuento de hadas calatas con una pisca de dietilamida de ácido lisérgico. Imagino cuántos fans ya se están imaginando el quedarse plantados y cancelados en la puerta del Monumental porque solo hay un extintor en toda la maldita explanada. Pero dicen que es real. Dicen que el tío éste sí viene, y que se viene con el repertorio perfecto para un hincha de los lados oscuros de la luna y de los chanchos rosados surcando a placer las chimeneas propias de una tapa de disco de Pink Floyd.

Ay mamá, ¿es que ese viejo realmente va a caminar por el Jorge Chávez? ¿El Waters que el año pasado rayó el muro que divide Israel con Cisjordania va a pisar un suelo que se resiste a un concierto progresivamente histórico? Su gira se llama “The Dark Side of the Moon”, así que todos aquellos dispuestos a pagar la barbaridad que cuestan las entradas imagino estarán esperando que el “run rabbit run” rompa los cánones shakirosos y alejandrosanzosos que ha adoptado nuestra aburridísima cultura musical limeña.

George Roger Waters amenaza con revivir los oídos hastiados de tanto atreve te te te salte del clóset; Roger Waters destapará los cerebros dañados el 12 de marzo cuando pise el coloso de Ate no para hacer goles (aunque jugó fútbol cuando “estudiaba” en Cambridge); Waters le gritará al Perú “Tengo malas noticias para ti, cariño” y posiblemente construirá un muro para encerrar a los fans en un concierto plagado de cortes finales y madres de corazones atómicos.

El de Waters será un concierto ecuménico: los abuelitos que se niegan a serlo se encontrarán con los nietos que solo han escuchado “Another Brick in the Wall” en las radios comerciales; las suegras de pasado “pacifista” chocarán con los yernos que esconden la rizla en la billetera; y los padrinos hippies compartirán con los ahijados que solo la fuman para cagarse de risa. Es más, es muy probable que yo vaya de la mano con mi mamá, a pesar de la psicotrópica advertencia que le he hecho al respecto.

Muchos han esperado este momento, comparable tal vez con otros cuantos brontosaurios que quedan en el mundo y que posiblemente nunca vengan (Rolling Stones por ejemplo; a Dylan no lo cuento porque me cae gordo). Un imposible que se logró: sentiremos finalmente el confortable entumecimiento a pesar de la ausencia de los otros tres pinks. Pero eso ya no importa mucho, Waters vendrá a Lima, mamá, y todavía no me lo creo. Roger, wish you were here.

Friday, April 13, 2007

Uat a Sheim Meri Llein

Qué días carajo, qué días. Ni bien llega uno se le presenta casi la muerte. . “En abril, lluvias mil” dicen los cajachos,,, razón no les falta, llueve como si a dios se le hubiera perdido su mamadera. Y uno se esfuerza, tienta al cansancio engañándolo con café, cigarrillos rubios con filtro, música con volumen moderado. Hay que avanzar caramba, los hombres no lloran, las mujeres sí; los hombres no sucumben ante los problemas, las mujeres sí; los hombres no toman bailey´s, las mujeres sí. ¿Cuál mentira es más grande que la otra? Qué se yo. Pero es complicado. Por el colorao me alegro, pero a medias. Digo a medias porque lo veo desde mi propia experiencia y digo: “pobre”. Pobre porque te falta caer jodido, porque aún no te has golpeado la cabeza tan fuerte contra el suelo (pobre el suelo cuando eso pase): momento en el que te darás cuenta que puta madre qué jodido es andar atrás de una flaca. Y el otro tiene razón, lo más lindo es lo del principio, el flirteo suavecito, la mirada furtiva, la mano que se esconde para soltarla en el cuello de la dama. Pero es que luego empieza el contrato, el casi diplomático encierro de la “personalidad propia” para mutarla en “la forma cómo te demuestro mi amor”. Cuando firmas el contrato con tu propia sangre, ya dejas de ser tú; ya no puedes darte a conocer enteramente a pesar de todo lo que digan que “sí, yo confío en ella y le cuento todo” MENTIRA; MENTIRA TOTAL. ¿Le vas a contar a tu flaca que la noche anterior te la cascaste pensando en la colegiala? ¿Le vas a murmurar al oído que se le ve feo el grano que le salió en el culo? ¿Le vas a insinuar con mirada de perro muerto que hace ya tiempo esa flaquita de faldita te trae loco y que quieres enseñarle tu serpiente de Alhabama? Todo eso es una mentira absoluta, y lo quieras o no es parte íntegra de lo que eres, piensas y sientes. Cuando dejas de ser auténtico es cuando ya pasaste al nivel de ir de la mano de arriba abajo; al nivel del “no me gusta como te quedan las medias con el short”, “¿Te da vergüenza decirme que me amas en frente de todos tus patas?” “Si me quieres vas a dejar esos tronchos de una vez” “¿Cómo es posible que hayas estado con esa perra?” “¿Prefieres ver ese partido de fútbol a estar conmigo?”… y la lista sería interminable, lo sé. Es mi momento de absoluto pesimismo, mis quince minutos de “odio a todo el mundo especialmente a las chicas de las que me enamoré” y sobre todo de “odio con toda mi alma a la chica esa en la que sigo pensando y de la que sigo locamente enamorado” (no pregunten carajo, no pregunten). Así que colorao, bendice al señor por lo que hace por ti pero también maldícelo, porque a pesar de que te está sonriendo, de repente es una sonrisa burlona, sarcástica, asquerosamente diabólica. Discúlpame, pero casi nada en toda esta mierda es girasoles amarillos y barcos de cáscara de nuez con los amantes perdidos para siempre, juntos y adorablemente pegados (la tormenta está a la vuelta de la esquina, maldita sea).
El domingo llegué en la tarde y tuve sexo con Dalía. Hoy por la noche tendré sexo con su prima. Y siento que ambas cosas son tan vacías como el mismísimo Erre diciéndole al colorado lo horrible que estar inmerso en el amor… mejor dicho, lo horrible que es tener que salir a rastras de él.

Tuesday, April 10, 2007

FinDeSem

¡Ay las primas! Las primas siempre prometen algo más que su propio lazo familiar. Uno diría “uy no, no puedo con esta porque es prima de esta otra, pero esta otra también es prima de la de más acá, con la que también ya pasó algo”. Entonces es un problemón. Y la cosa se complica en este infierno pequeñín en el que todos saben todo de todos. Al menos Dianna (¿la recuerdan? La de año nuevo), que es prima de Dalía (mi “ex”) y al mismo tiempo prima de Lorena (la primera víctima familiar), no ha dicho nada, eso me tranquiliza. Pero por otro lado, Dalía estuvo aquí este fin de semana… yo la he tratado tan hasta las huevas (“Ya no me jodas” “Andate al carajo” “No quiero hablar más contigo” le dije) que imaginé que además de no querer verme, me iba a insultar por teléfono. Bueno, eso sí pasó… el sábado a las once de la noche me estaba bajando un vino francés en mi casa, solo, fumando cañón (un pata se arrancó unos cogollos de un fundo y me los regaló) y viendo los años maravillosos (me he comprado ocho discos de los años maravillosos, no me había dado cuenta que tocaban riders on the storm en más de un capítulo). Entonces me llama un pata “oe, aquí te paso a Dalía” “¿Aló? ¿Dalía?” “Erre, eres una mierda, un cabrón y un taradoestúpido”… luego colgó. Me reí y prendí la pava, brindé con Kevin Arnold, quien justo en ese momento le estaba diciendo a Becky Slater para que sea su novia (en la pista de patinaje, todo por joder a Wendolin). En fin… siguió pasando la noche, vino ya no tenía y ya empezaba a calentarme los cojones a falta de sexo. Entonces entra un mensaje a mi cel. Es Dianna, quiere que vaya a la disco. Le digo que no, que venga ella. No me responde. Sigue pasando el tiempo. Dan las tres de la mañana, Jack Arnold, en la pantalla, dice “¿Quién haría un cenicero para doscientas personas?”, y mi celular vuelve a recibir un mensaje. Es Dianna: “Voy?” me dice. Le digo que sí. Me llega otro mensaje “Recógeme” dice. Será pues. Me estoy poniendo las tabas y el lompa, estoy apagando la mitad de un nuevo leño y suena mi celular. Una llamada; es Dalía. Pero Dalía me había insultado, me había flagelado verbalmente y, para variar, llegado el momento me había tenido bien agarrado de las pelotas. Contesto. “¿Puedo verte?” me dice. Yo pienso “puta madre, y ahora?” O sea, era obvio que estaba ebria, era obvio que la otra prima también. Era obvio que con cualquiera de las dos iba a saciar mi sed. Doctores, ¿qué harían ustedes?: Opción 1; Una mujer de 24 años, dos hijos y buena pechuga; recatada, simpática, agradable al hablar, buena música; se mueve bien, grita bien, termina el sexo, te acaricia un rato, te pide cañón, fuma un cigarro, se para, se viste y dice que se va a su casa, que la pasó bien. Opción 2; Chibola de 20 años recién. Aun le quedan rezagos del cuerpo de chibola, gritona, exasperante, potona, adelgazada, suavecita, chismosa, pachanga. Cuando se mueve dice que “soy tuya” y luego dice “dime que soy TU mujer”. Ambas borrachas. ¿Qué escogen? Bueno, como sabrán e imaginarán, escogí a Dalía. Yo sé yo sé, ella dice estar perdidamente enamorada de mí (lo cual no basta para que termine con su orangután) y posiblemente aprovecharme de su ebriedad sería cosa de un alguien poco caballero. Pero eso es mentira, yo también estaba ebrio así que no jodan. Llegó. Primero se largó con que era una mierda y que la trato mal y ella que me quiere tanto y ella tan buena y yo tan malo... luego el ay gordito lindo que te quiero tanto, qué me has hecho que me tienes así, ay qué feliz me haces y tú no te das cuenta y bla bla bla. Y luego uy y a qué hora me haces el amor? Porque no me digas que he venido hasta acá para que no me hagas el amor y luego la tengo encima mío con su aliento mezcla de whisky, tequila, chilcano de pisco y sangría. Cuando las mujeres se embriagan toman un aspecto salvaje que asquea pero a la vez que desesperadamente arrecha. Así que la hice chillar. Terminando el par de polvos, de nuevo con que soy una mierda y que todo fue una mentira y que solo tengo sexo con ella y no hago el amor. Luego se para, yo me paro y me mete tal sopapo en la oreja que me hizo ver estrellas. ¡Carajo! ¡Qué derechazo! Maldita sea, mis ojos inyectados en fuego se clavaron en su carota ridícula de ese momento. Mi oreja ardiente hizo que mis puños se cerrasen. ¿Alguien podría evitar que en ese momento la muela a golpes? ¿Alguien podría alguna vez conocer mi furia frente a una piltrafa a la que podía matar con las manos amarradas a la espalda? “¡Cuidadito!” le dije. Respiré, quería acabarla, quería concentrar todos mis años de furia contenida en mis puños y dejarla hecha un muñón sangriento en el piso de mi cuarto. Quería darle de cabezazos y fulminarla con un derecho directo en sus ojotes marrones de ardilla… Abrí las manos, respiré… “Está borracha” me dije a mí mismo, en parte pensé que me lo merecía, pero mi demonio me decía que soy perfecto y que esa mala entraña había llegado a malograr mi perfección. Pero me detuve. Ya me han pegado antes (he recibido unas tres patadas en la bolas por parte de una chata chilena), pero esta vez algo más salió de mí, un gusano estrangulador que me provocó un sabor dulzón en la boca y lágrimas de terrorífica necesidad de destruir. Estaba tan furioso que sentí mis manos crujir como en las películas, sentí mi pelo erizarse como el del gato acorralado por perro grande, sentí mis uñas más afiladas que nunca, listas para desgarrar; sentí mis dientes como puñales precisos para arrancar grandes bocados de carne rosada; sentí toda mi hombría concentrarse en ese rostro femenino preparado para recibir una tunda de padre y señor mío. Pero callé. Pero no lo hice. Todos los orcos que inundaban mi cerebro se calcinaron frente a un pensamiento corriente de alguien que quiere machacar a golpes a otro alguien: “¿Y si la matas? ¿Quién va a limpiar la mugre?”. Caí en un profundo sopor y no me quedó más que acompañarla a su casa… eran las cinco de la mañana.
Al día siguiente ella no recordaba haberme pegado ni haberme insultado. Lo que sí recuerda claramente es el olor a sexo y el rebote de la cama: “Eso no lo olvidaré nunca” me dijo al otro día, en mi cuarto, después de hacer el amor de nuevo en mi cama a las cinco de la tarde. Después de eso me dijo algo que me ha dejado pensando y que da vueltas en mi cabeza porque no sé si es el inicio de algo inevitable o el fin de algo que debía terminar así. Me dijo, después de cubrirse con la sábana y abrazarme con sus piernas: “Y cada vez que venga a buscarte para que me hagas el amor, ¿me abrirás la puerta?”.

Ahora felizmente ella no está acá, yo no tengo muchas ganas de hablar con ella, pero tengo entendido que en estas lides lo que uno tiene que hacer para recibir pasión es abrir la puerta. Y posiblemente sea mejor si estás ebrio, así los golpes duelen menos y la furia cegadora produce más preguntas que respuestas. Pero ojo que al abrir la puerta se puede meter el diablo, y el diablo no se va con sólo ver los años maravillosos, tomar vino francés, fumar cañón o, en el mejor de los casos, comerse a una flaca bonita.

El Año Nuevo Recién Regreso

A versh… ni cagando servirá este mail para desearles feliz año porque de alguna u otra manera ya muchas veces se ha repetido y ya aburre. Para variar, como ocurre de vez en cuando, me dedico a exponerles mis desventuras y travesuras en este lado del país. Dianna (así se llama) tiene 24 años y dos hijos. Ya de primeras pensarán feo pero váyanse a la mierda porque mi mamá tuvo al loco a los 20 y al flaco a los 24, así que no judan (flaco, averigua bien eso). Dianna me dice que le gusto porque cuando miro, miro como diciendo “a mí qué chucha tú”. Y la verdad que me pongo a pensar y cómo son las mujeres que se ponen a perseguir al que las mira más feo o al que les habla más feo (si o no Konark, con la ocharán que poco más y le dices “puta” y poco más y te la comes luego en la cocina de la casa donde estábamos… la casa de quién era??? Chili, te acuerdas?). Con Dianna ya había tenido un encontronazo el viernes 29 de diciembre,,, en el bar me tomé tres diazepanes y una cantidad intolerable de tequila y whisky… ya en el momento de clímax drogadístico (clímax en estado “ilirio” como bautizamos con el Konark a ese estado con pepas y trago) me puse de dj y Dianna me recomendaba canciones que no muchas mujeres en este lugar te piden poner (song 2, inmigration song, soul rebel),,, ahí recién la miré bien (“ahí fue cuando recién dejaste de mirarme con ojos de tiburón muerto” me dijo). En fin, terminamos chapando en la puerta de su casa y después del chape me vengo a enterar que Dianna es prima de Dalía… Para los lectores acérrimos de mis desventuras, este nombre tal vez no les suene tan extraño
Dalía tiene 20 (los cumplió ayer y la pasó conmigo, pero ese es otro tema) y enamorado y he venido a convertirme en el “otro”, una especie de amante “ángel vengador subido de peso” (como dice ella)… en esos momentos la había dejado de ver porque su orangután (al que no tuve el placer de conocer y que pa concha estudia en la de lima) se encontraba esos días de año nuevo en este lado del país… so…
Y bueno, o sea que ya van tres primas a las que me chapo (la otra se llama Lorena) y la verdad que no importó mucho, pero conociendo a Dalía seguro se va a poner histérica cuando se entere (y seguramente se va a enterar, no saben lo mierda de chico que es este lugar). En fin, chapamos y ya. Luego pego un salto al 31 (digamos la noche de año nuevo), en el que me llamaron de la casa con el colorado a punto de buitrear su año nuevo y con el Konark y el Clonter ya me imagino en qué estado. Como el Konark y el Clonter, yo también tenía mis sustancias… Comencé mi juerga temprano, a eso de las cinco y media, tomando el champán que me vino en la canasta navideña y con un espejo que me decía que no soy Maradona pero que hasta cierto punto las líneas de la cancha podrían demostrarme lo contrario. Dieron las ocho y el champán estaba vacío y yo ya bien conejo veía mi dvd del chavo. Así que me fui al bar y ahí recibí el año nuevo conversando con dos chicas bonitas que conocí ese día y con las cuales tuve una desenvoltura propia de un necio alturado con chela y whisky encima (“¡carajo Tania!” le dije a una “¡deja a tu enamorado de cinco meses y huyamos a Bambamarca!”… unos diez minutos después, Tania se había ido). En fin, luego los que estaban ahí se fueron a una fiesta y ahí fue cuando la cagué porque seguí a la muchedumbre. Era una fiesta en el club “Los Incas”, en el distrito de Baños del Inca (con el flaco nos dimos cuenta hace años de lo tela que es ese lugar). Quince lucas la entrada y una cantidad de gente que no espero volver a ver. Y un problemota, era un puto club campestre, eso significa que la gente orina en las grandes extensiones verdes del lugar, eso significa que no hay baño (había pero “público”), eso significa una gran pregunta dentro de mi cabeza: “Ahora dónde chucha me la pego”. Imposible hacerlo al aire libre… aquí en la sierra por el frío el azúcar se hace bolas, imaginen algo tan fino y apreciado en ese momento como mi sustancia. Así que decidí no pegármela más. ERROR, me quedé mudo, malhumorado y neciamente empotrado en una silla que no dejé desde la una y media hasta las cuatro, cuando apareció Danna (en verdad apareció un poco antes). Le dije para largarnos… “¿A dónde?” me pregunta… “A mi pent house” le respondo. Así que a eso de las cuatro treinta empezamos a caminar para salir a la carretera porque esta mierda de lugar estaba metido en el pinche ojete del campo. Ya en mi casa yo me dije “ta mare, ahora cómo hago que ando todo durango kid”, pero como la había parado temprano, me fue digamos que fenomenal. Pobre la chica, tuvo que venir el vecino porque ya eran las siete y media y ella estaba haciendo mucho ruido (juaa). En fin, al terminar caí en la cuenta que mi cama estaba mas o menos a un metro y medio de su posición original y mi calzoncillo amarillo andaba desaparecido (todavía no lo encuentro, lo habré tirado por la ventana o algo así?). En fin, me quedé dormido y cuando desperté ella ya no estaba. Así es chévere, cuando no te joden porque nos las acompañaste, o cuando acabas y en vez de decirte algo tan chévere como “hay que fumar cañón?” te dicen “ay, y después de esto qué vamos a hacer? Te gusto? Qué sientes por mí? O sea que solo querías tirar conmigo?”. Todo el lunes me la pasé en la cama hasta que en la tarde me mensajeó Dalía diciéndome que estaba en la puerta de mi casa. Salí, me abrazó, me besó y me dijo “te extrañé”. Su neandertal acababa de partir rumbo a la capital y directamente se fue para mi casa (algo que realmente no esperaba, ya que ella había “tomado” la decisión de no volver a cagarla). “¿Cómo la pasaste?” me preguntó. Le hubiera dicho que estuve tirando con su prima, pero preferí cerrar el pico.

Abrazos.