Tuesday, November 28, 2006

me preguntaron

Seré sincero. Ayer me preguntaron qué lugar odiaba y dije "Asia". Ayer me preguntaron a qué lugar le metería una bomba y dije "Asia". Ayer me preguntaron si la bomba la metería en invierno o en verano y dije "En verano para que se mueran todos los que se mueren por ir a Asia". Tal vez me arrepienta de lo que dije, tal vez no. No es bueno desear una muerte tan masiva (y es que a ese lugar va un culo de gente). Yo juré nunca ir: mi juramento fue de morondanga porque fui dos veces hace dos años por motivos netamente sentimentales (las dos veces fue todo mierda y terminé ebrio en un Flores volviendo a Lima y derramando lágrimas en la ventana). Ayer me preguntaron por qué odio Asia, y dije "Odio lo que todo el mundo ama". Pero está mal. Me encanta Marley y digamos que hay más personas a las que les gusta Marley que las que van a Asia. Me encanta comer pan con queso y doy mi huevo izquierdo a que hay más gente a la que le gusta el pan con queso que a las que van a Asia todas putitas con su faldita y sus ganas de decirle a todo el mundo que están ricas y luego se están quejando que el camionero les dijo "mamita te voy a reventar el anexo". Claro pues, a las putitas les gusta que las mire el platudito con ropa de baño con flores y que su empleada no se puede bañar en el mar de Asia antes de las cinco de la tarde. Claro, a la putita si le agarra el culo el mañoso de la huaca, ella dice "idiota", en cambio si se lo agarra el loco de la Vía Expresa con la Canadá, lo denuncia y dice que este país es una mierda y que a todos esos cholos habría que fusilarlos sin piedad (¿se puede fusilar con piedad?). De repente odio Asia por la impotencia de no tener putita que me ladre, aparte que ni siquiera estamos en temporada y ya estoy pensando en cuánto odio ese lugar y cuánto odio cada vez que voy más al sur y veo carteles de Asia, que Wong en Asia, que Starbucks en Asia, que putitas en Asia y no en mi cama. ¿Será envidia? No, al pata ese que fuma de la rica en su gol del año no le tengo envidia (aunque le pediría que me invite de la rica para luego destriparlo con un lapicero); tal vez le envidie por las ya mencionadas cositas con P, pero ya no quiero mencionar esa palabra porque me siento vulgarmente Asia. Y luego me andan diciendo que soy muy callado y no digo nada y mira pues toda la sarta de porquerías me salen solamente cuando pienso en esa mierda de Asia. No volveré nunca más, lo juro (ya, ya, no me mires así).

Monday, November 13, 2006

Escuchando Keith & Tex

Qué determinante y calculada es esa guitarra que invita a reconocerse a uno mismo masticando las grietas del destino, las montañas de la locura, la más excéntrica y falsa calamidad del expectante y contradictorio infierno. Son palabras que escapan, de los poros hacia afuera me maltratan, de las gigantescas calcomanías de la ciudad que con sus ojos grandotes a las crapulencias más indignas se aclimatan. ¿No serán los enviados de la sombra? ¿No persistirán acaso mientras la potencia de dos o tres planetas continúe circundando los rencores mal hechizados? Qué más se le puede pedir al estío pasado, qué más se le puede enseñar a un trasgo que aprendió a caminar bajo la luz del sol. Ocultar la cimitarra no te quitará la chapa de asesino, cerrar los ojos no hará que dejes de escuchar los lamentos leprosos de los adoradores de las profundidades. Callar a los perros no hará trizas a los fantasmas, solo los dejará ser más sabrosamente silenciosos. No dejará dios que la máquina te lleve al cielo tan seguido, no será tan estúpido como para regodearse en tu letanía, no permitirá el viejo tan estricto que magulles su creación pegando gritos a la nada, añadiéndole suicidios a tu naturaleza errónea, mal acabada. Tras las piedras podrás esconder tu indignación, más no podrás ocultar el rostro iracundo que te describe, no podrás cubrir la grieta en la pared mientras ese pie desnudo de mujer te sigua muñequeando la entrepierna. Es pura negativa, negativa absoluta y destructiva, es parte del sueño que has maquinado mientras despierto intentabas apretujarte al infinito, pretendiendo ser mago de tus propias maldiciones, brujo de tus ya vulnerables pociones. Tengo que admitir, si ya no se lo has dicho a pink, que tu insistencia puede hacer zarpar los barcos más no puede elevar la marea; que tus ganas de escribir una furiosa sinrazón podrían matar una rata pero ni cagando harán que el planeta elimine el rumbo y acelere extasiado hacia el sol. No podrás nunca contemplar paraísos artificiales mientras el sillón raído te siga sonriendo y no te decidas a levantarte y sacarle la mierda.

Siendo Incompleto (para variar-te-.)

La tierra era ya un botón en medio de la complaciente oscuridad del universo. Cada estrella parecía beber de su centro mientras Guablok terminaba la octava botella de Pilsen. Cansado de vomitar los controles, había activado el marcianísimo piloto automático. Ayudado por sus cinco piernas tiró la silla plegable para atrás y se dedicó a mirar el techo mientras abría la novena. Se sobresaltó al pensar que era la última pero sus dos almas y media le volvieron a su cuerpo escamoso cuando recordó que había podido birlarle tres botellas de whisky al gordo vendedor de la última licorería que había visitado la última noche que pasaría en la tierra. Guablok examinó sus manos y volvió a pensar que estar ebrio era cosa extraña: nunca en su vida sus dos cerebros se habían imaginado esa sensación inestable de perfecta y sincronizada armonía. ¿Qué le contaría al Supremo que seguramente lo estaría esperando en la pista de aterrizaje de naves espías? No le importaba mucho en ese instante, quería aprovechar cada gota de licor mientras estuviera solo y abrigado en la cabina de mando. Decidió no activar el salto espacial para poder llegar tres o cuatro días después a Marte. Total, a Guablok lo enviaron a una misión sin retorno y sin mucho esfuerzo había logrado regresar. Sentía que se merecía unos cuantos días de descanso para disfrutar en grande de su más indómito descubrimiento terrícola: el licor. Su gran boca plagada de dientes verdes y azules ensayó una mueca deforme que para los marcianos significa, según sus propias palabras “alegría inmensa-impresionante-universal” (gigblodar frujktyhun).

Tuesday, November 07, 2006

parte de lo que nunca terminará

Necesito espuelas para maniobrar los planetas, necesito riendas y látigos de piel para poder escapar sin demora de la lúcida algarabía de esos ojos rojos que me esperan drogados debajo de la mesa. No los dejaré correr mientras se haya diluido la morfa farmacéutica de calidad. No esperaré a que el abrupto verde se mimetice con mis sesos en san pedro. No controlaré mis hojarascas ni los moños pérfidos que se esconden en mi bolsillo. No estará completa la noche mientras no te inyecte en mis venas y deje que tu savia me convierta en adicto a tu lengua. Ohhh, te has vuelto tan pero tan conciente de la mierda que de tus ojos nace a diario. Te has envilecido por el manifiesto surreal que deja escapar tu síndrome de abstinencia que ya lleva semanas y semanas. Ya no puedes volar, una pena, ni siquiera sentirte hecho una mesa como para decirte yeeee, me gusta cabrearme al estilo Chinasky. Oiga mister, explíquele a la vecina que hace ya más de cinco años que he querido lamerle la punta del pie izquierdo por una simple cuestión de apertura diplomática de sus funciones. Me agrada la esperanza de contener la muerte en varias y estridentes maquinaciones subyacentes. Y mire usted que hace ya lustros que mi cuerpo no se encoge ante la aparición de una muerte repentina. Mis vidas pasadas son tan ecuménicas como el mismo oxígeno que respiró Aníbal Barca. Y no me digas que andaba en patitas porque sus andas estaban bien marcadas; no es que viajara en elefante ni mucho menos en caballo,,, si quieres saber si los cartaginenses eran bravos solo imagínate a Imco Vaca sucumbiendo tuerto, hemorrágico y destartalado frente a siete espadas romanas. Calavera no llora, y no siente tampoco el hedor de los cuerpos en plena putrefacción. Huelen a estilo contrito, a afligida esperanza por violarse a más de cinco en una semana. No batir récords, no maquinar compuertas semi cerradas si es que no han atravesado primero tu mar interior con una carabela española. Ya pues, no me digas pastrulo: que conste amor mío que las páginas son tan leves como el espacio sideral que separa nuestro rencor.

ya

El loco se ha despertado después de una oración.
Le han diagnosticado extensiones mundanas.
El loco tiene hambre.
Le han dado de comer maldad.