Monday, November 13, 2006

Siendo Incompleto (para variar-te-.)

La tierra era ya un botón en medio de la complaciente oscuridad del universo. Cada estrella parecía beber de su centro mientras Guablok terminaba la octava botella de Pilsen. Cansado de vomitar los controles, había activado el marcianísimo piloto automático. Ayudado por sus cinco piernas tiró la silla plegable para atrás y se dedicó a mirar el techo mientras abría la novena. Se sobresaltó al pensar que era la última pero sus dos almas y media le volvieron a su cuerpo escamoso cuando recordó que había podido birlarle tres botellas de whisky al gordo vendedor de la última licorería que había visitado la última noche que pasaría en la tierra. Guablok examinó sus manos y volvió a pensar que estar ebrio era cosa extraña: nunca en su vida sus dos cerebros se habían imaginado esa sensación inestable de perfecta y sincronizada armonía. ¿Qué le contaría al Supremo que seguramente lo estaría esperando en la pista de aterrizaje de naves espías? No le importaba mucho en ese instante, quería aprovechar cada gota de licor mientras estuviera solo y abrigado en la cabina de mando. Decidió no activar el salto espacial para poder llegar tres o cuatro días después a Marte. Total, a Guablok lo enviaron a una misión sin retorno y sin mucho esfuerzo había logrado regresar. Sentía que se merecía unos cuantos días de descanso para disfrutar en grande de su más indómito descubrimiento terrícola: el licor. Su gran boca plagada de dientes verdes y azules ensayó una mueca deforme que para los marcianos significa, según sus propias palabras “alegría inmensa-impresionante-universal” (gigblodar frujktyhun).

2 Comments:

Blogger Angélica Camacho said...

Yo creo que la mueca de Guablok sería más amplia si también hubiese llevado dos botellas de pisco mosto verde ;)

12:46 PM  
Blogger Erre said...

Y sí, pero a Guablok se le salió el escocés. Para la próxima, su hermano Ingork aterrizará en Pisco mismo, solo para tí.

4:08 PM  

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