Tuesday, May 22, 2007

Pronunciamento hallado en una botella de Muriático

Estúpidos comemierda. No son más que estúpidos comemierda desangrándose de cabeza en un camal de bocinas malogradas, súcubos con alcoholemia y pestilentes medicaciones adquiridas sin receta. ¿Tienes diazepam para mezclarlo con mi whisky? ¿Tienes roimnol para juntarlo con las cinco cervezas alemanas? Oye, ¿dónde mierda dejaste mis gotas de ácido lisérgico? ¿Y esas cinco pastillitas amarillas que te hicieron ver un conejo tocando guitarra esa vez que me metieron un lapo y me dijeron “mañana no te vas a acordar de esto”? Pues sí me acordé, fíjate. Me acordé del blond cerrado con miel y las pastillitas amarillas que parecían salir de tu nariz. Es que lo recuerdo, pestilencia, recuerdo a los tombos hablándome al oído mientras me encontraban los dos pacos en los dos bolsillos. “¿Toda esa mierda te ibas a fumar?” requintaba mi viejo en la comisaría, después de pavonearse frente al capitán al cual “Ya tengo agarrado de las pelotas”. Requintaba y luego lloraba despacito a pesar que sabía que yo soy, finalmente, un buen tipo. “Nunca más carajo, nunca más”… eso lo decía golpeando las paredes de la carceleta, en ropa de baño y polo viejo, sin zapatos ni medias, hongueando mis pies sobre la mugre de un piso sobre el que cuántos habrán gritado, como yo, “nunca más”. ¿Pero nunca más? Es que la verdad que esa misma noche era el concierto de Gladiators, y la verdad que ni los tombos ni la cárcel ni el tombo ese hijoputa que me obligó a sacarme toda toda la ropa sólo por joder hicieron que detenga mi periplo a esa discoteca en el sur donde tocaron estos ingleses que parecen jamaiquinos. ¿Los recuerdas? Estaba F mezclando narcóticos con estimulantes; recuerdo haber ingerido más de dos sustancias esa noche. ¿Qué pasaba con el mundo esa noche? ¿Quién hacía girar a Marte esos años de perdición? Imposible recordarlo, naufragando en inconciencias ultra concientes. Y lo sé, sé que en año nuevo creías que todos iban a matarte… que los tres peleles que estábamos sentados a tu alrededor estábamos maquinando un plan para asesinarte y luego desaparecer tu cadáver. No te alarmes, es el efecto negativo del San Pedro; algo muy extraño teniendo en cuenta que estábamos entre patas y la mala vibra generalmente llega con los extraños. Es que tienes que cuidar el seso pues, dijiste primero que el cielo estaba morado, pero luego quieres tomar más y mezclarlo con coca cola y luego fumarte dos cañones bien cargados con hachís. No pues, así no se juega a menos que tengas el cerebro de cemento (me puedo aunar a este grupo). ¿No lo recuerdas? ¿No recuerdas esa extraña sustancia que venía en papelito azul que nos la vendieron con el nombre de “Geld” o “Yeld” o como se llame? Mezcla dicen de éxtasis y LSD. Y sí compare, sí que puso. Sólo recuerdo mi jardín, Pink Floyd a lo lejos y yo en pose de mono observando mi imperio renaciente, mis castillos extintos que se alzaban tras la maletera del carro. ¿Recuerdas lo que dije? “Soy el simio hijoputa, el rey de las montañas de Senegal”. Mejor es recordarlo que volver a intentarlo; es mejor atenerse a remembranzas de estricninca, picrotoxina y pentilenetetrazol. Mejor quedarnos con la nebulosa que no sé si lo sientas pero a veces ataca de nuevo en momentos inexactos. No juegues con eso, tal vez diga que puede matarte pero qué bien que la pasaste, arrastrando los pies en la avenida, tocando los timbres de las casas, apretujando el sabor del floripondio, neutralizándolo con tranquilizantes y, mierda, anestesia para gatos. Qué vergüenza, doctor. Qué vergüenza decirle que todo esto salió en pocos años; y qué vergüenza decirle que no puedo explicarle cómo se sentía y qué dolor no poder explicarle cómo es que no estoy escribiéndole desde el cielo o el infierno.

5 Comments:

Blogger Valentina said...

que bien te pronuncias al respecto.
no creo que te importe, y tal vez no tenga mucho que ver, pero a mi amigo la policia lo cojio con marihuana, y por no pronunciarse sobre ello, por tratar de tapar toda la situacion con un dedo, ahora para 4 años de casa por carcel. increible.
pronucniarse y reconocer sin verguenza es admirable.

11:23 AM  
Blogger Erre said...

No, no importa. Es divertido recordar esos tiempos en los que perder el tiempo viajando a otras dimensiones hacía de la vida algo más mágico de lo que es ahora, sentado en una oficina, descargando fuerzas en una pantalla muerta.

12:28 PM  
Blogger aNdRe$! said...

wow! me sacaste una lágrima... recuerdos de mierda.. siempre vienen verdad.. nose xq carajo me vienen esos recuerdos de la volada de un san pedro en el parke y del acido en otro parke... hago otra pregunta: valdra la pena a ver pisado otra dimension? yo no me siento igual que los demas, los veo a todos como unos idiotas... pero ¿xq?... no lose.. talves en el infierno me lo digan.

8:29 PM  
Blogger Erre said...

creo que al final todos somos ovejas. La gran diferencia es que unas se meten pepas. Otras, no.

8:36 PM  
Blogger YvO said...

alucina que yo nunca tuve de esas experiencias... facil que me perdi de mucho, aunque para serte sincera soy idiota al natural, siempre he pensado que no necesito de sustancias para hacer mas burrada que las que ya hago cuando toy sobria de cojudeces jaja
gracias por mandarlo a mi correo, se aprecia la molestia
beso

11:15 AM  

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